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lunes, 4 de julio de 2011

Dexter: Adiós a la Ley, Hola a la Justicia

Dexter Morgan, el genial asesino en serie interpretado por Michael C. Hall, se ha convertido en un ícono de la demencia, las dobles vidas y la capacidad para matar sin sentir demasiada culpa. Sin embargo Dexter es demasiado reflexivo para ser una versión televisiva de Rambo u otros personajes del celuloide y refleja bien los problemas de un ser humano con un código ético bastante extraño que intenta encajar en un mundo que jamás aceptará su verdadera naturaleza.

Más allá del personaje, está el hecho de que el público disfruta enormemente de ver a gente que está más allá de cualquier tipo de redención, recibir su merecido de manera rápida y sin demasiados discursos. Esto en parte deriva del desgastamiento del sistema judicial a nivel mundial y en parte a que la televisión continúa ofreciendo justicia para imbéciles basada en leyes obsoletas estilo CSI.

A pesar de sus muchos defectos, Dexter tiene un sentido de la justicia bastante claro y jamás hiere inocentes. Lo que hace está más allá de la ley pero no es incorrecto ya que logra superar las deficiencias de las cortes, los jueces y la policía para hacer algo que ha existido desde el principio de los tiempos. Dexter es demasiado humano para la televisión y por eso aparece en cable, sin preocuparse por la censura o el miedo de las cadenas a la realidad. Aún así continúa siendo una oveja negra ya que muy pocos shows se han atrevido a seguir su ejemplo, estudiando el lado oscuro de la naturaleza humana y mostrando como muchas veces la justicia por mano propia es más efectiva que la ley.

¿Por qué creen que Dexter tiene tantos seguidores pero tan pocos imitadores?

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