Primera temporada de gran éxito crítico, que no de público; segunda temporada en la que se intentan atraer nuevos espectadores, perdiendo en parte el favor de la crítica y sin conseguirlo; renovación in extremis por una tercera temporada que primero se verá en DirecTV y, en febrero, en la NBC; y vuelta a las raíces. Ése parece que va a ser el camino de los nuevos capítulos de Friday Night Lights, una de las series más justamente acreedoras de esa etiqueta de "el mejor drama que no estás viendo".
Tras perderse en tramas sentimentales que aportaban poco al show, este año los guionistas han decidido recuperar lo que constituía desde el principio su columna vertebral: el fútbol americano. Es la excusa que une a todos los personajes, el mejor catalizador de los problemas del pueblo de Dillon, de las esperanzas de sus habitantes y de las frustraciones de sus jugadores, y la mejor manera de hacer un retrato de toda una comunidad en la América profunda.
Dogma 95 sigue ahí, y lo mismo las interpretaciones naturalistas de los actores. El matrimonio Taylor, interpretado de manera sutil pero estupenda por Connie Britton y Kyle Chandler, va centrando cada vez más muchas de las tramas, y bastantes de los jóvenes van a enfrentarse al vértigo de qué hacer una vez que abandonen el instituto, para muchos el momento álgido de unas vidas condenadas a la rutina de un pueblo pequeño y deprimido.Es uno de los mejores productos que nos ha llegado, pero aquí sufre del mismo mal que la aqueja en EE.UU poca gente la conoce y, quien ha oído hablar de ella, no la ve porque piensa que es "otra americanada de institutos y jugadores de fútbol". Nada más lejos de la realidad.
Via: vayatele
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